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Apuntes sobre la educación de personas adultas en

Punta Arenas de principios de siglo XX:

la Escuela Nocturna Popular y la Sociedad de Instrucción Popular de Magallanes

Por: Juan Pablo Castañeda Agüero / Biblioteca Cultura Obrera Patagonia

Abril 2021

En Magallanes, los antecedentes recogidos por Manuel. L Rodriguez U. (2012) señalan que, a mediados de 1870, Diego Dublé Almeyda, Gobernador de la Colonia de Magallanes, militar y masón, creó la primera escuela nocturna para adultos de la región, al tiempo que se encargó de reabrir la escuela primaria (cerrada tras la fuga de su preceptor).

Otras fuentes vinculadas a la historia del Liceo Salesiano San José, sin embargo, señalan la obra educativa de Monseñor Fagnano en 1908, como fecha de fundación de la primera Escuela nocturna destinada a jóvenes y adultos, la cual permanecería en la entonces calle Arauco (hoy Fagnano) hasta 1916, cuando se traslada al instituto Don Bosco en calle Bulnes.

Por su parte, desde el movimiento obrero local, nutrido desde sus orígenes de las manos e ideas afines al mutualismo, el socialismo y el anarquismo, también se sitúa una de las primeras experiencias de educación de adultos en la zona. El valioso trabajo de Carlos Vega Delgado (1996) referido a la masacre en la Federación Obrera de Magallanes ocurrida en 1920, rescata entre sus hojas un anuncio realizado en 1905 por el periódico “1º de Mayo”, el cual da cuenta (ya desde esos años) de una escuela nocturna destinada a los obreros:

 

ESCUELA NOCTURNA. Los obreros que no saben leer y escribir, no dejen de asistir a las clases de esta escuela. Todas las noches de 7 a 9 en calle Valdivia 675 entre Atacama y Chiloé. No se paga nada. En las cantinas gastáis el dinero y arruináis vuestra salud. En la escuela aprovecharéis el tiempo, y os haréis conscientes instruyéndolos

(Vega D, C; 1996: p.25).

En este tipo de iniciativas, por su importancia y trascendencia en el tiempo, cabe destacar especialmente la creación de la Escuela Nocturna Popular, nacida de la mano de la recién fundada Sociedad de Instrucción Popular de Magallanes y la Logia masónica “Estrella de Magallanes”. Según documenta una nota con fecha del 24 de marzo de 1910 escrita por Guillermo Wells Huáscar (miembro del primer directorio de la Escuela) al Gran Maestro de la Logia de Chile, su objetivo se definió en los siguientes términos: “Abrir una Escuela para la educación del pueblo, escuela nocturna y gratuita para que todos los obreros y empleados incluidos puedan participar”.

Si bien la escuela se inaugura el 3 de abril de 1910, el proyecto se fue gestando desde 1908. Aunque en sus primeros meses funcionó en otro lugar, según lo señala W. Gómez, es a partir de la construcción del edificio de la Sociedad de Instrucción Popular ubicado hasta los días de hoy en Av. Colón nº 956, donde la Escuela Nocturna Popular permanecerá hasta por lo menos finales de la década de 1960. En este mismo documento redactado por Wells Huáscar, se señala como parte de su Directorio a personalidades destacadas de la ciudad, gran parte (aunque no todos) pertenecientes a la Masonería local: Juan Bautista Contardi; Camilo Veliú, abogado y propietario del diario “El Comercio”; Rómulo Correa, propietario rentista, Cónsul de Portugal. Además, forman parte del directorio de la Escuela, Pablo Dietert Beherens como Tesorero; y Guillermo Wells Huáscar, como Secretario. El documento da cuenta de una inscripción de 130 estudiantes, un número no menor considerando que Punta Arenas contaba con una población de 7.000 habitantes para esa fecha. El primer plantel de profesores, que ofrecieron su trabajo de manera gratuita, estuvo compuesto por: Juan O. Kahl, ingeniero alemán, profesor de electricidad mecánica; Humberto Pasinovich, empleado, profesor de Italiano; Antonio Maeztú, contador español, profesor de Aritmética Comercial; Juan J. Volmer, contador alemán, profesor de alemán y francés; Carlos Hinckelmann, arquitecto; profesor de dibujo y geometría; Walker, profesor de inglés.

La Escuela se equipó y sostuvo en sus primeros años a partir de contribuciones voluntarias y donaciones, tal como lo señala el Boletín de la Sociedad de Instrucción Popular de Magallanes en su Nº8, año 1, de junio de 1919.

Para 1914, la Escuela Nocturna Popular ya contaba con el reconocimiento y apropiación del movimiento obrero organizado en la Federación Obrera de Magallanes. Son numerosos los artículos presentes en su diario “El Trabajo” donde esta escuela es mencionada como una de las principales instituciones educativas dirigidas a la educación de los obreros, donde se invita insistentemente a asistir. En este sentido, la Escuela Nocturna Popular también formaba parte del recorrido habitual realizado por los obreros en las conmemoraciones para el 1° de mayo, donde se detenían a las afueras de su puerta a escuchar el saludo de su director, para luego continuar el peregrinaje hacia el cementerio en memoria de los últimos obreros fallecidos, o en dirección a la cárcel donde llevaban su solidaridad a los presos.

Transcribimos a continuación una nota publicada por el diario “El Trabajo” en 1914, que da cuenta de la importancia que se le daba a esta institución desde una mirada educativa propia de la época:

Estudiemos

            Voy á llamar la atención de los compañeros hacia un hecho que por su significado es de gran utilidad, pues de él depende el mejoramiento de nuestra condición de eternos parias de una sociedad que esplota la ignorancia del obrero como fuente inagotable de recursos. La Escuela Nocturna Popular iniciará en breve el nuevo año escolar y sería hermoso ver a los obreros, que tienen conciencia de su atraso intelectual, concurrir allí á robustecer con nuevos conocimientos los deficientes obtenidos en las escuelas primarias. Debemos comprender que no basta el solo hecho de agruparnos en sociedades de resistencia para llegar a obtener nuestra emancipación; debemos instruirnos poder defender con conciencia nuestros derechos de explotados; debemos instruirnos si es posible hasta ponernos á la altura de los que son hoy nuestros explotadores, de lo contrario siempre seremos esclavos, tanto del capital como de nuestra propia ignorancia y todos nuestros actos (que creemos nuestros) no serán otra cosa que movimiento automáticos que nos imprimirán los que poseen mas luces.

            Si queremos cambiar nuestra condición de hombres maquinas, que vivimos solamente para producir lo que otros consumen en la holganza, hagamos un esfuerzo; dediquemos nuestros ratos de ocio a la escuela, acudamos a ese templo de la verdadera relijión desde donde esa divinidad que se llama Ciencia nos mostrará la verdad sin misterios, y con sus rayos de luz disipirará las tinieblas de nuestros cerebros haciendo así menos dura la lucha por el pan diario, porque siendo instruidos no encontraremos á cada paso los obstáculos con que hoy talvez tropezamos muchos en el desempeño de nuestros oficios, teniendo por ello que, recurrir avergonzados quizás, a los conocimientos ajenos.

            ¡Compañeros! No dejemos escapar la ocasión de instruirnos; concurramos a la escuela; pensemos que ser instruidos es ser libres y por lo tanto debemos estudiar con tesón para conseguir nuestro mejoramiento moral que así evitaremos los males que trae consigo la costumbre de frecuentar tabernas y prostíbulos que dá por resultado el embrutecimiento del individuo por el alcohol; acordémonos que la lucha, para obtener reformas que nos permitan ascender del nivel actual a una situación de mayor desahogo económico debe ser obra de nosotros mismos, y esta debemos prepararla poco a poco principiando por instruirnos.

            Aprovechemos, pues, las facilidades que la Sociedad de Instrucción Popular nos dá desinteresadamente, exijiendonos solo, en cambio de una instrucción practica y gratuita, que dediquemos á la escuela unas cuantas horas semanales.

F. Kstro S.

(El Trabajo, año II, n°104 p.1-2. Punta Arenas, 15 de marzo de 1914.)

Para este movimiento obrero, no obstante, en sus prácticas la educación no solo se restringía a la instrucción escolar. Desde una perspectiva amplia de la educación, la Federación Obrera de Magallanes supo desarrollar distintos espacios donde la formación política, la ampliación del horizonte cultural y la recreación, fueron sus principales objetivos para el uso del tiempo libre y el fortalecimiento de sus luchas: la creación de bibliotecas obreras, la publicación del periódico “El Trabajo” y el desarrollo de su editorial, el impulso del teatro obrero, la organización de conferencias, las “veladas” culturales y conmemorativas, son algunos ejemplos en este sentido.

En 1918 Gabriela Mistral, maestra y directora del Liceo de Niñas de Punta Arenas, con su compromiso tanto a la educación como a la solidaridad con los obreros y obreras de la región, realiza una conferencia inaugural donde presenta la apertura de cursos nocturnos para mujeres en la Escuela Nocturna Popular, en donde también trabajará como maestra. Por su importancia histórica, se transcriben a continuación algunos fragmentos de aquella conferencia:

La sociedad de Instrucción Popular abre unos cursos nocturnos de mujeres, y esto es de una inmensa significación para nuestra ciudad. Se trata de la primera escuela de tal índole que habrá en provincias. Es una honra para el grupo de mujeres que busca más amplitud de horizontes y muy principalmente para la institución que recoge la voz de los humildes y no mide la magnitud del esfuerzo, por medir la magnitud del servicio. (…) (…) Una ordenanza de instrucción primaria obligatoria ensayada por algunos municipios consigue ya llevar a las escuelas públicas a todas las niñas del pueblo. Se está labrando con esto, como un bloque de oro, el futuro de Chile, un hermoso futuro; (…) pero la inmensa cantidad de mujeres que no recibieron los beneficios de la obligación escolar, queda al margen de esta era nueva. El Estado, al no abrir para ellas clases nocturnas, las declara tácitamente condenadas a no incorporarse jamás a las actividades humanas más nobles. Es una fatalidad monstruosa. En cambio, las escuelas nocturnas de hombres están desparramadas a lo largo de todo el país. Esta vez, como siempre, se cae en el absurdo de levantar el nivel de un solo sexo. Reformas parciales de tal índole no pueden conseguir la renovación de todo un ambiente, no mudan el alma nacional. (…) El Estado, por carecer de recursos para resolver el problema que nos ocupa, se ha debido desentender de él. Los particulares entonces hechan sobre sí esa carga de deberes. Hermoso gesto, digno de la obra democrática que está viviendo el mundo. Cuando se ve un grupo de hombres que, sin ser maestros ni legisladores, sacrifican tiempo y dinero en una obra así, no es extraño que, por un movimiento instintivo e incontenible corazón, nosotros, los maestros, nos acerquemos para decirles nuestra congratulación calurosa y pedirles un pequeño, un mezquino, lote en la obra. ¡El perfume del surco llama al sembrador!

(Zegers, P.P, 1998. p.20-21).

Por su parte, la Sociedad de Instrucción Popular, además de llevar adelante el sostén de la Escuela Nocturna Popular, desarrollará en esos años (y durante su larga historia hasta la actualidad) diversas y destacadas actividades sociales, culturales y científicas, dirigidas a la población adulta en particular, y a la comunidad toda en general. El profesor Luis Godoy G., por medio de un artículo publicado por el diario El Magallanes denominado “La Sociedad de Instrucción Popular”, recuerda cómo el edificio de esta institución albergó a importantes conferencistas como el destacado sindicalista Luis Emilio Recabarren en su visita a la ciudad en 1916; fue lugar de funcionamiento del Liceo de Hombres durante la primera mitad del siglo; también de los primeros cursos del Instituto Comercial; las brigadas de Scouts; y el liceo nocturno “Hugo Daudet”. A su vez, destaca que en el mismo lugar se impartirían más adelante cursos a los dirigentes sindicales, y los cursos fundadores de la Universidad Técnica del Estado (actual Universidad de Magallanes). Para mediados de siglo, se impartirán también en la S.I.P los cursos de la Escuela Nocturna de Formación Técnica, y las asignaturas científicas y humanistas del Liceo Industrial de la ciudad.

Para 1922, en tanto, la Biblioteca Municipal (en 1945  renombrada “Gabriela Mistral”) es trasladada al edificio de la Sociedad de Instrucción Popular. De acuerdo a los investigadores Víctor Hernández G. y Niki Kuscevic R., esta biblioteca sería punto de encuentro de las “inquietudes políticas, sociales, económicas, intelectuales y culturales que hicieron posible entre otras materias el desarrollo del llamado Comité Pro Puerto Libre (…), sin dejar de mencionar los distintos cursos de perfeccionamiento que se realizaban habitualmente en sus dependencias, las veladas, academias, exposiciones pictóricas, exhibiciones cinematográficas, recitales poéticos, conferencias dictadas por académicos, filósofos, cineastas, artistas, investigadores y científicos de renombre nacional e internacional” (Hernández G, V; Kuscevic R, N; 2008: p.25).

Tomando en consideración el nutrido contexto sociocultural en Magallanes de principio de S. XX, con su amplia gama de Sociedades tanto de carácter económico, sindical, deportivo, social, religioso y masónico, y la inquietud de distintos sectores de la población por desarrollar sus actividades sociales y culturales entre la población, no es de extrañar que la educación de adultos haya sido también una preocupación y una disputa. En este sentido, especial atención merecen las primeras organizaciones obreras y las sociedades civiles impulsadas especialmente por las comunidades migrantes, las logias masónicas locales y la iniciativa de las congregaciones religiosas en la región. De esta manera, la creación de la Escuela Nocturna Popular no resulta una experiencia inédita para el contexto regional. Sin embargo, su valor social y educativo radica en su permanencia durante gran parte del siglo aportando a la educación en su sentido más amplio, tanto por medio de la instrucción primaria como con cursos ligados a las artes y oficios, conferencias y presentaciones culturales, destinados tanto a hombres como a mujeres mayoritariamente pertenecientes a los sectores obreros de la ciudad.

De este modo, la Escuela Nocturna Popular se anticipa no sólo a la expansión de la escuela primaria laica por medio de la obligatoriedad de la Instrucción Primaria hecha ley en 1920, sino que también a la regulación por parte del Estado para este tipo de experiencias, las cuales en su mayoría terminan siendo anexadas luego a las Escuelas Normales, siendo una de las excepciones esta Escuela Nocturna. De igual modo, cobra una gran relevancia histórica la iniciativa precursora con la que se concretó la apertura de la Escuela Nocturna a las mujeres obreras de la mano de Gabriela Mistral y la Sociedad de Instrucción Popular.

Esperamos que estas notas sirvan para continuar construyendo los puentes de la memoria, esta vez, con un movimiento educativo local que se ligó a los intereses y luchas del movimiento obrero organizado del principio de siglo XX.

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